lunes, 11 de enero de 2010

Y ahí está sentada, mirando a la luz siempre, está ahí sentada buscando algo A su pecho desde siempre le hace falta algo, un pieza pequeña, que nunca se ha conocido. La vida últimamente le ha dado lecciones para llegar a pensar que la pieza que falta nunca llegará; ese espacio simplemente se llena por momentos: con un libro, una copa de vino, una sonrisa, un abrazo, un helado de maracuyá, una canción, un beso, un encuentro casual, una amistad, un poema o con ese su gran amor que da vueltas por todos lados, pero son momentos, ninguna de esas cosas se asientan en su pecho para siempre, después de disfrutar la pasión de alguna se sigue en la búsqueda de la siguiente. Y ella hoy ahí sentada, mirando a la luz siempre, está pensando que tal vez esa es su naturaleza, siempre buscar, siempre, nunca conforme, nunca plena en ningún sitio, en ninguna situación, todo debe cambiar siempre, todo se desgasta rápido y hay que seguir con lo siguiente ¿Pero será que la vida tiene tantas cosas como para que ella siga buscando? ¿Está tan lleno el cajón? Porque si no lo está en definitiva se acortará su existencia y ella ahí sentada ya no tendrá más que resignarse a dejar de buscar y por fin descansar incompleta.

Carolina P

4 comentarios:

  1. Es cierto, la pieza faltante puede no llegar nunca, pero existe –y la prueba fehaciente está en que aún estamos aquí-. Algo esperamos, y ese algo es como un animalito en constante huida que nos sirve para alargar la esperanza, hacerla duradera. Llámalo una excusa, un libro, un amor, unos labios. Ponle mi nombre cuando quieras.
    Lo dijo un día un tal Borges: busca por el placer de buscar y no por el de encontrar.

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  2. Ese animalito esta programo para nunca aparecer, por qué de eso se trata, como vos decis, alargar la esperanza. Siempre estar buscando para no desconcentrarnos pensando que lo que se busca nunca aparecerá.. Pero tal vez ella se puso a pensar mas de lo debido.

    Se estan acabando los dias de Calor.. :(
    Saludos!

    Carolina P

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  3. tranquila, en medellin tambien hay verano

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  4. lo bueno de todo este cuento es que el animalito no aparezca.

    alicia

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