martes, 27 de julio de 2010

Marina

Nos quedan pocos días. La capacidad de adaptación se agota y ya no sos capaz de sonreír bien, ya se nota esa mueca casi dolorosa que es para vos sonreír. Sos falsa, sos falsa porque lo decidiste, lo decidiste para sobrevivir, para no hacer de todo esto una tragedia. Qué triste es mirarte ahora, tienes mil celdas alrededor tuyo, ya ni te ves de tantos barrotes. ¿Qué pasa mujer? Acordamos que vivir así era la única salida, que no íbamos a pintar el vacío de gris fantasma. Decime una cosa ¿Dónde está la otra? La que sabe actuar y sonreír, esa era bella, casi una niña jugando a disfrutar todo y con las angustias a kilómetros de distancia. Cuando te miraba, en un acto de fe, creía que habías logrado destruir todo y que de verdad vivías en la novela.

Necesitamos volver, tienes que volver a la sala conmigo y organizarte ese bonito vestido naranja. Te queda hermoso el naranja. El naranja de atardeceres, como esos que vos mirabas anestesiada en la playa. Qué cursi sos, te gustan los besos en la playa y el atardecer. Acomódate ese vestido, venís conmigo ahora a la sala y le sonreirás a todos, ellos esperan de vos una sonrisa y una conversación interesante. Me encanta cuando hablas, cuando hablas y miras a los ojos, cuando decís las cosas con seguridad y con una gracia casi pintoresca. Párate, no llores más. No te vengas abajo, vos sabes bien a todo lo que nos enfrentábamos. Sabes hace mucho, antes que yo, que vivir no es propiamente vivir, que lo que llamamos vivir es una rutina que escogimos para distraernos, despertar a las 6, preparar lo huevos, vestir a los niños, prender el carro, escuchar la radio, trabajar, tomarse un café, llegar a casa, ver las noticias y verte a vos, con alguna arruga nueva y con tu guerra declarada a las insolentes canas, pero te ganan mujer, te ganan y ese el sentido de todo esto, que nos ganen, que nos dejen vivir o actuar pero que nos avisen y nos recuerden todos días que vamos a morir a ver si así logramos respirar y tomar boquitas de aire con algo de interés. Debemos vernos las caras, debemos vernos envejecer llenos de ocupaciones para disimular ese vacío frío que vive afuera en la calle, que aparece en las noticias entre líneas y que ves vos en los ojos de nuestros hijos, esos hijos que crecen y se van dejando esta casa vacía. ¿Por qué lo debemos hacer? Vos más que nadie lo sabe. O mejor decime vos: ¿Qué otra opción hay? No sos Dios mujer, no lograras salvarle la vida a todos en el planeta, no lograras crear una verdad pura que alivie la vida de todos porque sabes que eso no existe. Son niñadas lo que te pasa a vos. Te encierras más, de verdad que ya no te veo de tanto barrote. Ahí esta llorando tu madre cuando haces esa mueca de dolor ahogada en lágrimas, mira mira, tu papá está llorando con vos cada vez que te agarras el pecho. Como te persiguen, como te encarcelan. Péinate, arregla tu cabello y salimos ya; no permito más esto. Los Moreno nos esperan, arréglate y ponte bonita que no tienes derecho a recordarles que la gente es triste. Ellos esperan una sonrisa tuya, algo que les refresque esas angustias que no tienen solución. Dales un poco de pastel y recuerda que Marina (Vos) es una pequeñoburguesa, madre de tres hijos con una vida casi perfecta, así que no salgas de personaje que estamos perdiendo gracia; pero si me decís que no podes no tengo más para decirte que nos quedan pocos días, que a lo que vos conoces como vida se le han caído los cimientos y ya el techo viene en caída libre.

Carolina P

2 comentarios:

  1. Es triste leer estos textos en internet, es triste leerlas en internet: un click y listo... No quiero sonar hosco ni grosero, pero si quieren gritar, un portal a las dos de la mañana o la intimidad de sus habitaciones será siempre una mejor opción... "la más cordial obligación".

    Saludos

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  2. Ser lo que debemos ser, ser lo que somos... Pero ¿Qué somos? Tristeza y alegría al mismo tiempo, calor, frío, hambre, desespero, decepción... Planear el futuro y sonreirle al presente. ¿Será suficiente? (me rimó jaja)

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