Como el año anterior acá está mi feliz cumpleaños madre. Porque sé que te gustan los actos cursis más que cualquier regalo, acá está el único acto cursi que puedo hacer desde la distancia.
Pensé bastante en vos esta semana y el vacío está siempre ahí, no verte ya no me pone a llorar como cuando era niña y venía de vacaciones a esta ciudad que no es plana y con el mar cerquita como Urabá, tiene un montón de montañas que la rodean y da la desagradable sensación de que estás encerrada y sin escapatoria. Ya no lloro todas las noches porque ya soy una niña grande, con ocupaciones de grande y sueños grandes. Pero me haces falta, eso nunca se acabará, ahora me da nostalgia de gente vieja, de mirar el cielo y sentir que hace falta cosas grandes pero que nada se puede hacer, que así es vivir. Debe ser un signo de que yo también me estoy poniendo vieja, pero la verdad a veces me rehúso a la vejez prematura y lloro, lloro con ganas y mocos, pegada a la almohada así como cuando era niña, es inevitable, la fingida madures no da para tanto, mi debilidad sos vos, el no tenerte cerca. Y esa comunicación hueca de dos llamada por semana no sirve, y estoy convencida de que así fueran cien llamadas a la semana seguiríamos igual, sin saber de verdad como está la otra, necesitamos vernos y así ni palabras necesitamos para saber qué pasa con la otra, pero en unas semanas más nos vemos y nos acostamos en la cama a hablar hasta tarde.
Te amo mamá y me llena de alegría saber que pasaste un día de cumpleaños tan bonito.
Carolina P
Sin palabras. Patético (no en sentido peyorativo) y muy hermoso
ResponderEliminarQué bonito, gracias por leer VIDA... Un saludo!
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