viernes, 22 de abril de 2011
martes, 22 de febrero de 2011
Pero no nos dejemos inspirar por la cólera
(Ya Homero hizo lo suyo
Sin hablar de Céline y Jean Genet).
Seamos fríos y lúcidos: esto, después de todo, es un poema que leerán no pocas personas deseosas de a- enriquecimiento interior, b- placer estético.
En cuanto a b-, distinguimos roectores de biblioteca, harto me temo que os pasará como a mi tía cuando la pobre inocente escucha a Stockhausen con venerables orejas rellenas de Schubert y Puccini, con lo cual KATASTROF. Por lo que toca a a-, tres a seguidas es feo, eso no se hace, dice un señor de b- , nadie se enriquece leyendo si a la vez no es capaz de chupar un durazno aprovechando que tiene una mano libre para llevárselo a la boca, si no hace el amor entre dos páginas, si no se asoma a la ventana para saber que cincuenta niños murieron quemados el último mes en la zona de Saigón y que en Biafra los nigerianos ayudados por el muy noble Reino Unido degollaron a todos los heridos de un hospital; ¿habrá que repetir, profesor Papalino Zeta, que la literatura no es terreno privilegiado en el sentido escapista que tanto conviene y adorna?
Biafra y erotismo, los chorros de napalm y los Juegos Venecianos de Lutoslavski: la poesía sigue siendo la mejor posibilidad humana de operar un encuentro que nadie describió mejor que Lautréamont y que puede hacer del hombre el laboratorio central de donde alguna vez saldrá lo definitivamente humano, a menos que antes no nos hayamos ido todos al quinto carajo.
Último Roud v.1 Julio Cortázar
viernes, 22 de octubre de 2010
María Ángel
No se resigna a sentir el dolor en el alma por lo que en estos días se está viviendo en su ciudad natal y busca entender, mas al no comprender “el por qué de las cosas” siente una tristeza y penumbra por los terribles hechos acontecidos.
María Ángel, lunática observa mientras camina hacia sus fantasiosas labores donde se desarrolla plenamente, siempre sintiéndose extasiada por el deber cumplido… Pero mientras hace su recorrido piensa que su ciudad natal siempre se encuentra en otoño y observa ese inmenso firmamento con ese azul indescriptible que parece un gran océano sobre su diminuta cabeza que siempre compagina con el día. Y claro la voraz noche con su luna calientica que abriga nuestros inmensos temores.
Mientras observa sólo se limita a pensar que si llegase a dejar de sentir en ese momento, le daría profunda amargura en su alma por dejar esta vida maravillosa que trae consigo todas aquellas pequeñas cosas que la hacen realmente feliz…. Se siente ansiosa de poder admirar, oler, amar y deleitarse con el amanecer, el amanecer que trae consigo el desafiante sol que empieza a amenazar con la llegada del calor y la humedad, deleitarse también con el atardecer, cuando se llega esa hora muerta, hora enferma en la que casi siempre terminamos reflexionando sobre los miles de temores y fantasmas que nos da la vida diaria, pero al mismo tiempo nos crea un paisaje de paz y soledad entrañable.
miércoles, 13 de octubre de 2010
Miércoles 13 de Octubre
Como el año anterior acá está mi feliz cumpleaños madre. Porque sé que te gustan los actos cursis más que cualquier regalo, acá está el único acto cursi que puedo hacer desde la distancia.
Pensé bastante en vos esta semana y el vacío está siempre ahí, no verte ya no me pone a llorar como cuando era niña y venía de vacaciones a esta ciudad que no es plana y con el mar cerquita como Urabá, tiene un montón de montañas que la rodean y da la desagradable sensación de que estás encerrada y sin escapatoria. Ya no lloro todas las noches porque ya soy una niña grande, con ocupaciones de grande y sueños grandes. Pero me haces falta, eso nunca se acabará, ahora me da nostalgia de gente vieja, de mirar el cielo y sentir que hace falta cosas grandes pero que nada se puede hacer, que así es vivir. Debe ser un signo de que yo también me estoy poniendo vieja, pero la verdad a veces me rehúso a la vejez prematura y lloro, lloro con ganas y mocos, pegada a la almohada así como cuando era niña, es inevitable, la fingida madures no da para tanto, mi debilidad sos vos, el no tenerte cerca. Y esa comunicación hueca de dos llamada por semana no sirve, y estoy convencida de que así fueran cien llamadas a la semana seguiríamos igual, sin saber de verdad como está la otra, necesitamos vernos y así ni palabras necesitamos para saber qué pasa con la otra, pero en unas semanas más nos vemos y nos acostamos en la cama a hablar hasta tarde.
Te amo mamá y me llena de alegría saber que pasaste un día de cumpleaños tan bonito.
Carolina P