El Olvido Que Seremos

Hay cosas a las que se les guarda mucho cariño, por su historia, por la forma en que eso llego a ser parte de tu vida, por ser la primera o ultima vez, por estar siempre en tu infancia y al llegar a la madures se va, pero siempre siempre hay algo que nos apega y nos hace recordarlas con cariño, cualquiera cosa, un lugar, un olor, un paisaje, un color, una textura, cosas tan simples: como suena las hojas al pisarlas, como olia la casa de tus abuelos, como era el aroma de tu abuela, esos detalles que cuando los recuerdas te hacen sonreir. Esos detalles que crees solo pasan por tu cabeza llena de ocio, pero no, al leer a Héctor abad (hijo) te das cuenta que no, que hay un ser mas en el mundo con esa cabeza llena de ocio, con tanto tiempo libre y feliz en su vida que se detiene a pensar en esos detalles que hacen feliz la existencia, por eso la escritura de Héctor abab (hijo) es tan calurosa, te sentís en tu lugar, pone tu cabeza en el sitio y tiempo adecuados, estos detalles junto con la excelente narrativa y gran amor a su padre hector abad gomez, hacen de el olvido que seremos uno de los mejores libros de literatura contemporánea colombiana.

Si se ve de forma general es simplemente la biografía de Hector Abab Gomez, un hombre que vivió y murió luchando por los derechos humanos, un ser que no creía en derechas ni izquierdas políticas, creía en que la educación y que las condiciones adecuadas podían crear seres más aptos para disfrutar del mundo, creía en la humanidad y por eso luchaba. Pero en si el olvido que seremos es más que una biografía, es mas porque pienso es un libro que nos da las emociones de una novela, nos hace reír, llorar, soñar y sentir emotivas nostalgias por tiempos pasados , pero sobre todo porque nos pone a reflexionar, nos pone a pensar en esa forma tan vil y descarada como se olvidan los interés del pueblo anteponiendo los intereses atroces de unos pocos, como logran callar a la verdad con plomo y sangre, como logran desterrar a la mentes romanticas que quieren otras formas de lograr las supuestas utopías.
Carolina P